Interesante reflexión en voz alta de nuestro técnico del primer equipo del CD Ciudad de Guadalajara FS, Adri Martiño

Interesante reflexión en voz alta de nuestro técnico del primer equipo del CD Ciudad de Guadalajara FS, Adri Martiño

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Estos días, dentro de nuestro mundo futsalero nacional, existe bastante expectación, inquietud y nerviosismo entorno a lo que va a suceder con nuestras competiciones. Es cierto que a tod@s los que aquí estamos implicado@s nos influirá esta decisión y lógicamente tiene su importancia, pero también es de reseñar que a mí, particularmente, me parece algo totalmente secundario en la situación en la que estamos. Es deporte, puede ser dinero, pero ante la salud, sinceramente, es lo de menos. Que salgamos de esta tod@s san@s, viv@s y felices. Después, lo que venga, cuando podamos volver a jugar, vendrá y lo disfrutaremos. Me niego también a valorar la situación nacional actual porque, aunque tengo cuñada y eso me otorga el título de cuñado, ni tengo información suficiente ni seguramente conozca los contextos como para ser capaz de valorar si se podría o no haber hecho de otra forma. Me formo mi opinión personal y estoy seguro de que saldremos de ésta porque “nunca choveu que non escampara”. A nivel familiar, hemos tratado de hacer lo que socialmente tocaba en cada momento, nos hemos quedado en casa sin volver a Galicia e intentamos disfrutar la suerte que tenemos de estar todos bien, de poder, con las circunstancias, dedicarnos tiempo. Profesionalmente es el momento de darle la vuelta y tomarlo como una buena oportunidad de avanzar en proyectos que el día a día no nos permite. Como decimos al equipo, nos tomamos cada adversidad como un reto para mejorar.

Partiendo de esta base, de que el fútbol sala hoy por hoy no es algo que me quite el sueño, tengo la sensación de que como deporte los árboles no nos dejan ver el bosque. He escuchado en infinidad de ocasiones la “necesidad imperiosa” de acabar las competiciones, de hacer lo que sea para jugar. A mí se me escapa. No niego que me gustaría terminar, por supuesto, no niego que me encantaría retomar la competición y volver a disfrutar con un equipo que se había ganado todos los honores, pero desgraciadamente entre lo que uno quiere y lo que se puede hacer hay un trecho enorme.

Por un lado, espero que los que decidan esto sean gente de nuestro deporte y no del fútbol, porque las realidades son enormemente diferentes. Conozco poco de ellos, me da bastante igual porque ni veo fútbol ni está entre los deportes que más me llaman la atención, pero tod@s sabemos que su mundo y el nuestro no tienen nada que ver a ningún nivel. Aquí ni hay taquillas, ni hay televisiones, ni contratos millonarios. Aquí hay una liga profesional, otra semiprofesional y las demás amateurs prácticamente al 100%. Aquí, a los clubes de 2ªb o 3ª no jugar casi les supone ahorrar dinero guste o no.

Parto de la base de que jugar a puerta cerrada implica que existe riesgo en el contacto y eso es inadmisible para l@s protagonistas. Ahí, a mí y si me permitís la expresión, “no me pillan”.

Puedo entender que se quiera acabar la primera división masculina porque tiene esa opción de jugar entre semana y extender siempre que sea posible antes de una fecha normal, antes de quizás mediados de julio, pudiendo jugar con el 100% de seguridad y dando los plazos necesarios para esa “pretemporada” que será imperiosa. Con todas las demás categorías me parece fuera de nuestro contexto alargar por no aceptar la realidad. De base casi ni hablo. Dejad a l@s niñ@s tranquil@s, que disfruten de las vacaciones que después de esto se merecen y que vuelvan en septiembre con más ganas que nunca. A ell@s ascender o no les da lo mismo.

Si hablamos de jugar en verano, obviando ya los contratos que a nivel profesional los jugadores pueden tener con otros clubes a partir del 30 de junio , ¿con qué “narices” podemos pedir a un jugador que no cobra que después del confinamiento se pase el verano entrenando?, ¿cómo hacemos que un estudiante no se vuelva a casa para seguir jugando si las universidades acaban?, ¿cómo abrimos pabellones en época de vacaciones de los funcionarios?, ¿cómo retomamos las ligas de base si no hay colegios y por ende no hay niñ@s?, etc…

Escucho también opciones de jugar después del verano y cambiar los plazos de las ligas. No sé. Yo creo que estropearíamos dos temporadas en vez de una por un capricho que no entiendo. Sin entrar en que el resultado ni se parecería al que se hubiese dado en abril o mayo. Jugadores/as que cambian de club, entrenadores/as que no siguen, etc… Ni siquiera ayudaría que no permitas fichajes ¿cuántos acabarán la carrera y se volverán a su ciudad?, ¿a cuánt@s le cambiarán sus condiciones vitales y no podrán seguir jugando?, si los equipos son diferente ¿por qué no empezamos una competición nueva?, etc..

En definitiva, creo que si no se puede volver a jugar porque la situación se alarga más de lo que nos gustaría, nos toca aceptarlo y acabar como está para poder empezar una nueva temporada de verdad, dejando atrás todo esto. Aquí ya no sé cuál es la mejor opción, si anular o acabar así. Ambas son injustas y ambas tienen inconvenientes. Yo, y la medida nos beneficiaría hoy por hoy, jamás descendería a nadie al que aún le quedan 7 jornadas para salvarse pero también entiendo la parte de los que peleaban por ascender. Escuché alguna variante sobre que haya ascensos, no haya descensos y aumentar los grupos, sobre aprovechar para reestructurar alguna categoría. Quizás no es mala, quizás podemos sacar ventaja deportiva y mejorar, no lo sé. Que quien decida, que entiendo que así lo harán, se reúna con clubes y actores principales y juntos decidan lo mejor, lo menos malo.

Lo que sí tengo claro es que es momento de apoyar a los que les toca la tragedia, los que se quedan en el camino y los que lo sufren en su carnes. Para los demás, afortunad@s, la vida seguirá, volveremos a avanzar y volveremos a disfrutar del fútbol sala, ¡malo será!.

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